Durante dos semanas de cada febrero,
la región de Puno es poseída por el deseo de celebrar, con ese sentimiento se
realiza el festival musical, dancística, religioso y cultural más grande del
Perú, la festividad de la Virgen Candelaria.
Esta celebración ha sido declarada
Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por la Unesco en el 2014. Las actividades
empiezan con una misa en honor a la virgen. Después de terminar con la liturgia
las autoridades encienden grandes fogatas, pues del fuego o la candela es que
la patrona toma su nombre.
La imagen es acompañada en procesión
por las principales vías de la ciudad. se la venera con la elaboración de alfombras
florales y la escoltan conjuntos de música y de estampas puneñas, quienes
forman parte de su sequito danzando desde el sol hasta el anochecer.
La algarabía se reparte durante
varios días de jolgorio. Se realizan dos grandes competiciones: El Gran
Concurso de Bailes Autóctonos y el Concurso de Trajes de Luces; ambos se
realizan en el Estadio Enrique Torres Belón.
Los bailes que se presentan son muy
diversos y tienen características del mestizaje, pues combinan elementos del
mundo aymara y quechua con la influencia española, así podemos identificar a la
Diablada Puneña, el Waca Waca, la Morenada, los Tinkus, los Sikuris y un sinfín
de otras estampas.
La Diablada Puneña
El ángel y el diablo mayor (Fuente: Andina) |
El origen de esta danza es disputado
por Bolivia, pero lo cierto es que su origen es altiplánico, lo que trasciende
las fronteras de los países. Esta representación se habría implantado por los
misioneros que trataban de implantar las ideas sobre el bien y el mal en los
indios, así esta danza es una pelea entre los demonios y los ángeles, quienes
finalmente triunfan.
El ángel es uno de los personajes
principales, viste de blanco, lleva un casco de plata, alas, faldón y una
espada. El bando del mal es presidido por el Caporal Mayor, su capitán, quien viste
ella una colorida máscara de la que emergen toda clase de reptiles: serpientes,
dragones y sapos.
Los otros personajes son los
diablos caporales, diablos menores, las chinas diablas y las cholas. Además, se
incluyen representaciones animales, como el cóndor, el oso, el murciélago y el león.
La música es interpretada por un conjunto de sikuris, que interpretan huaynos con
los sicus, zampoñas, tambores y platillos.
La Waca Waca
Esta danza es una sátira de las
corridas de toros, pues la representación el torero es vencido y burlado por el
toro. El animal es interpretado por un hombre que viste poncho y montera mientras
que lleva en la cintura un cuerpo de vaca, este se elabora con una piel montada
sobre una estructura.
Las mujeres tienen el papel de
lecheras, cargan un pequeño cantaro y bailan agitando las caderas imitando el movimiento de un capote para
distraer al bovino. Ellas pueden llegar a vestir hasta 16 polleras que
agitan tan fuertemente que, en algunas ocasiones, alcanzan a golpear sus
cabezas.
El torero viste el traje típico de
esta actividad. Hay otros personajes, como los kusillos, que se caracterizan
por portar un látigo y usar una máscara con cuernitos y una gran nariz doblada
hacia arriba.
Dato curioso
Hasta la mitad del siglo XX
estaba prohibido el uso de disfraces en la celebración de la Virgen Candelaria,
por orden municipal. Se consideraba de mal gusto la música nativa y se multaba
a los indios que tocaban y bailaban las danzas tradicionales.
Los primeros concursos que se
realizaron solo involucraron a los conjuntos de sikuris. La agrupación del
barrio Mañazo es la más antigua y tradicional de Puno, de ahí en adelante los
barrios se fueron organizando y actualmente constituyen 14 asociaciones que son
las más importantes del concurso.
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