martes, 10 de julio de 2018

Ataúdes colgantes en Filipinas


Ataúdes colgantes en Filipinas

Hay puentes colgantes, casas, colgantes e incluso en alguna época existieron los jardines colgantes en la antiquísima Babilonia, pero ¿ataúdes colgantes? Imagínate un día paseando por un valle y disfrutando de las montañas cuando de repente empiezas a observar ataúdes colgantes. Como una película de terror ¿cierto? Que no te sorprenda cuando viajes a Filipinas, porque hasta el más rudo explorador no podrá creerlo.

Colgar ataúdes de sus familiares en cuevas, acantilados o montañas muy altas son una costumbre en algunas zonas de Indonesia, China y sobre todo en Filipinas. La tradición buscaría proteger el alma de sus fallecidos y alejar sus cadáveres de los animales feroces.

Los ataúdes son construidos artesanalmente con madera. Cuando alguien muere se le viste con indumentaria de colores e insignias para facilitar el reconocimiento de los familiares cuando ellos lleguen al cielo, y se les coloca en posición fetal. Esto sería para completar el ciclo. Donde todo comienza, termina.

Luego, el ataúd es colocado en el acantilado de una montaña, o en ocasiones suelen colocarse en cuevas. Siempre y cuando llegue la luz del sol. El significado es porque el suceso daría vida al alma del cuerpo. Al mismo tiempo, podrá disfrutar de los bosques, el paisaje y entrar en contacto con los espíritus que vagan por el lugar.

Junto a algunos ataúdes también se pueden observar sillas colgadas para acompañar al difunto al más allá. Las sillas serían las mismas que el fallecido habría utilizado en vida para sentarse.

Ataúdes colgantes en Filipinas

Los Igorot

Filipinas, un país de tradiciones y costumbre exóticas alberga a la minoría étnica igorot, cuyo ritual fúnebre busca acercar a sus muertos a la luz eterna. Asentados desde hace más de dos mil años en Sagada, en la cordillera central del archipiélago, los igorot se alejan de cualquier práctica común y en lugar de inhumar a sus muertos cuelgan los ataúdes en los acantilados de piedra caliza de Echo Valley para que lleguen fácilmente al cielo, donde aseguran viven sus deidades.

La tradición exige que el ataúd sea confeccionado a mano por la persona aún en vida, usando un fragmento de árbol perforado en el centro al que se añade una tapa de madera con dos estacas a cada extremo. Cuanto más alto sean colocados, más fácil llegarán al cielo, según los igorot, aunque expertos afirman que dicha práctica es una forma de destinar las tierras exclusivamente al cultivo y alejar los cuerpos de los animales carroñeros y posibles aludes.

Étnia igorot en Filipinas

Sin duda, una costumbre insólita, pero no es exclusiva solo de Filipinas. También se ha comprobado que grupos étnicos milenarios de Indonesia y China la practicaban.

La mayor cantidad de ataúdes colgantes fue encontrada en la provincia china de Guizhou hace casi 15 años. Allí más de mil cuelgan en un abismo, colocados en orden genealógico, con las generaciones más antiguas encima y las más recientes debajo. Por eso, si amante eres de lo exótico, aquí tiene un lugar perfecto para sumar a tu lista de viaje.

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